Simple. Dos partidos más donde no hay mañana. Es la etapa final del Clásico Mundial de Béisbol 2017 y Puerto Rico no es la cenicienta que algunos vaticinaron seria en la primera y segunda ronda en este torneo. Muy cierto, que su propio dirigente Edwin Rodríguez entiende que sus “rubios” sobrepasaron toda expectativa pero en este momento más allá de un sueño es una realidad que su escuadra sea la que tiene todas consigo para reemplazar a República Dominicana como rey.
Desde que predicciones y proyecciones se hicieron atrás en el invierno, muchos entendían que la tropa de la Isla del Encanto las tenia todas consigo para llegar hasta la gran final de esta edición en Los Angeles. El único que hizo tal predicción en MLB Network lo fue el ex-tercera base grandes liga Mike Lowell y uno solo de ESPNDeportes mi pana el colega Cristian Moreno.
Hoy sabemos que Puerto Rico llega a la fase de finales en Los Angeles con una super actuación demostrada en la primera llave en Jalisco y segunda en San Diego. Una exposición cuasi perfecta de béisbol cual el bateo fue uno agresivo e implacable; el cuerpo monticular no demostró titubeo alguno siendo uno inquebrantable y los guantes demostraron estar todo el tiempo enfocados en el diamante.
Puerto Rico, al escribir estas lineas, en corto tiempo se enfrenta a Holanda. Un contendiente contra quienes históricamente tiene marca de 3-0 en acción en los primeros dos clásicos.
Borinquén de pasar a la final sea Japón o Estados Unidos no debe cambiar por nada su plan que hasta hoy los tiene invictos (6-0). Seguro, no serán oponentes de roer. Japón desea revancha de su derrota en la fase de finales en el pasado clásico y por otro lado la rivalidad con Estados Unidos luce ser más intensa este año.
Nade olvide Puerto Rico venció en días pasados 6 carreras por 5 a la escuadra de Jim Leyland que los obligó al juego de eliminación frente a República Dominicana.
Para el béisbol boricua de lograr la hazaña de monarcas del Clásico Mundial de Béisbol seria su segundo a nivel mundial en toda su historia. Su único en su enciclopedia lo fue en 1951 que ganaron lo que se conocía como la Copa del Mundo del Béisbol. Ese año Puerto Rico piloteado por José “Pepe” Seda llevó un grupo de jovenzuelos entre otros Félix “El Gato” Mantilla, Ramón Luis “Wito” Conde, Miguel “Marota” Pérez y Jaime Córdova quienes fueron mejor en el diamante que su contrincante de Venezuela.
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