El Juego de Estrellas del año pasado al menos para los fans en América Latina jamás será olvidado. En mi memoria, desde el tributo que le hizo el béisbol mayor a Cal Ripken Jr. en el 2001 en Seattle no se habia observado un homenaje tan emotivo en el diamante de juego en muchos años como el ofrecido a Mariano Rivera.
Para los que hayan olvidado, el panameño cuando entró en la octava entrada fue recibido con un enorme vítore de los presentes en la Ciudad de la Gran Manzana. En ese momento, todos los jugadores, tanto de la Liga Americana, como la Liga Nacional, se quedaron en sus bancos esperando a que Mariano entrara para que recibiera toda la atención del público presente. Solamente estaba detrás del plato el receptor Salvador Pérez de los Reales de Kansas City.
Para cerrar una noche inolvidable el Comisionado de Béisbol Bud Selig le entregó el galardón de Jugador Más Valioso del partido por su encomiable actuación de tres hombres retirados en su entrada lanzada.
Eso fue el año pasado y hoy es hoy. Con sobre 20 latinoamericanos este año en uniforme entre las luminarias en Minnesota, muchos esperan que otro más se una a la lista de 11 de América Latina que han sido seleccionados como Jugador Más Valioso en el Clásico de Verano.
En el 2012 lo fue Melky Cabrera de los Gigantes de San Francisco haciendo que por primera vez junto a Mariano en el 2013 desde el 2004 y 2005 dos latinos obtuviesen el reconocimiento en años consecutivos. En el 2004 el hombre reconocido lo fue Alfonso Soriano y al año siguiente Miguel Tejada.
La única vez en la historia que tres latinos han sido escogidos de forma consecutiva como Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas lo fue entre 1997 y 1999 que fueron elegidos los boricuas Santos Alomar Jr. (1997), Roberto Alomar (1998) y el quisqueyano Pedro Martínez (1999).
Con tantas luminarias sín entrar en nombres especificos en ambos circuitos representando a Colombia, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela podria ser el sueño de muchos una grata realidad. El tiempo de las estrellas está por venir y nos lo dirá.
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