Una vez el ex-Comisionado de las Grandes Ligas Bowie Kuhn dijo que cuando se hablaba de Roberto Clemente era platicar de un hombre de pura realeza. En aquella ocasión disertaba como la figura de Clemente iba más allá de ser un súper estrella. Para estas fechas, Clemente quien sabe si hubiese estado entre nosotros a sus 83 años de edad pero hoy es hoy hizo y no hay quien borre todo lo que hizo en su carrera de pelotero dentro y fuera del terreno de juego.
No voy a entrar en asuntos de fe como andan rondando varias columnas en los Estados Unidos y Puerto Rico pero son tantos atributos y reconocimientos que por tal razón su vida esta plasmada en un sin número de libros, obras de teatro y su figura se levanta en estatuas en varias ciudades de los Estados Unidos y Puerto Rico.
Bien recordamos en el 2013, una cadena de televisión lo nombró como el latino más influyente en el mundo deportivo en los Estados Unidos.
En estos momentos que se celebra su natalicio aproveche la ocasión para discutir con jóvenes del presente sobre Clemente pero de entrada para muchos su estampa es que fue un gran pelotero pero sus números ofensivos han sido rebasados por otros a través de los tiempos en las mayores. Para esta generación que algunos los llaman como los “Y” reconocen sus honores pero lo ven como una figura de esos mitos del béisbol como Babe Ruth y Jackie Robinson.
Hay que entender que la actual generación en su propio terruño los que reconocen son entre otros a los Javier Baez, Carlos Beltrán, Carlos Correa, Francisco Lindor y Yadier Molina. Son honestos los muchachos de hoy día en Borinquén que bien te dicen chevere lo que fue la reciente exaltación de Iván Rodríguez recientemente pero te admiten que no lo vieron jugar así que se pueden imaginar cuando conversamos sobre Clemente, un Orlando Cepeda, Roberto Alomar o Tany Pérez.
Hoy ellos mismos no son tan interesados en las proezas filantrópicas sino el valor económico de cuanto puede producir un pelotero para su equipo. “Cool” es Giancarlo Stanton que tiene un contrato de sobre $325 millones para dar cuadrangulares y entre latinoamericanos Miguel Cabrera y Albert Pujols tienen actuales contratos que rebasan los $240 millones para dar palos y producir números de “hall of fame”.
No olvidemos que el grande que jugó para los Piratas de Pittsburgh en toda su carrera no llegó ni a $800,000 según datos de sus contratos. Números en billetes de hoy día hubiesen sido muy diferentes para un grande que obtuvo una carrera de 18 campañas siendo un 15 veces Todo Estrella; 12 Guantes de Oro; 4 veces campeón bate de la Liga Nacional; Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1966 y Más Valioso en 1971 en Serie Mundial.
Por cierto, no le echemos culpa a las generaciones actuales porque si vamos atrás en el tiempo no fue realmente que hasta en el mismo norte no se le reconoció como ‘The Great One’ hasta el 30 de septiembre de 1972 en una tarde fría y nublada en el Estadio Tres Ríos de la Ciudad de Pittsburgh que el ídolo de la Isla del Encanto conectó su indiscutible número 3,000 en su carrera. Un doble entre el bosque izquierdo y central que llegó hasta la verja frente al lanzador Jon Matlack de los Mets de Nueva York.
Por cosas de la vida fue su último imparable en temporada regular en su carrera. Esa campaña conectó solamente después cuatro hits en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional frente a los Rojos de Cincinnati.
El resto es historia. Clemente le fue retirado su número 21 por la organización de los Piratas; fue exaltado en 1973 al Salón de la Fama y el béisbol organizado entrega anualmente un galardón que lleva su nombre aquel pelotero que se exalta dentro y fuera del terreno de juego.
La historia es cultura e identidad. Clemente fue un verdadero grandes liga en todos los sentidos de la palabra y una vez más, para estas fechas esta columna le pertenece al que el mundo no debe olvidar.
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