No son muchos países latinoamericanos que pueden decir de haber tenido el beneplácito de gozar de béisbol de las Grandes Ligas en su terruño. Desde la arrancada de los años 2000 los más afortunados han sido México y Puerto Rico. Ambos como anfitriones del Clásico Mundial de Béisbol y hasta partidos de serie regular de las mayores.
Puede que no sean partidos de temporada regular, pero este fín de semana Panamá puede decir que sabe a béisbol y no debe haber excusas porque sus asiduos deben disfrutar al máximo la “Serie de la Leyenda” en el Estadio Rod Carew en su ciudad capital.
Los Yankees de Nueva York jugaran dos partidos de exhibición del calendario de los entrenamientos primaverales frente a los Marlins de Miami en tributo al que muy posiblemente será un futuro salón de la fama y ese lo es Mariano Rivera.
Para los panameños es la primera ocasión desde 1947 que tendrán en su tierra béisbol mayor. Ese año precisamente los Yankees celebraron par de partidos de exhibición frente a los Dodgers de Brooklyn.
En esta ocasión la gerencia de los Bombarderos del Bronx decidió hacerle de gran forma un tributo a uno de sus lanzadores más grande en su historia que de paso hay que aclarar que no se puede olvidar que jugó toda su carrera en la franela rayada de la Ciudad de la Gran Manzana.
En pocas líneas, Rivera fue un 13 veces Todo-Estrella, cinco veces Relevista del Año y entre galardones fue el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1999 y Jugador Más Valioso en el 2003 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. El año pasado fue el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas y cerró su carrera con el Premio de Regreso del Año de la Liga Americana.
Más que premios y reconocimientos, Rivera más se le conoce por ser el rey actual de los salvamentos en la historia de las Grandes Ligas.
Para algunos asiduos esta serie será de recuerdos cuando en el 2003 Mariano Rivera se enfrentó ante los sorprendentes eventuales campeones Marlins de Florida.
Más que los dos partidos, enhorabuena para Mariano que bien se merece este homenaje de parte de los Yankees en su propia patria panameña.
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