Cuando el río suena, es poque piedras trae. Vieja frase pero muy certera. Desde que comenzaron las series post-temporada el pasado mes de Octubre mucho se rumoreaba que Carlos Beltrán seria la última ocasión que vestiria una camisa de los Cardenales de San Luis. Siempre el cuchicheo fue que su próximo destino serian los Yankees de Nueva York. Así fué.
La franquicia de los Cardenales en su memoria deberá ser de gratos recuerdos. Beltrán tuvo par de excepcionales como un Todo Estrella; galardonado con el Premio Roberto Clemente y donde finalmente jugó en su primera Serie Mundial. Ahora en su regreso a la Ciudad de la Gran Manzana a sus hoy 36 años de edad no deberá ser excusa que es un bisoño que no puede aguantar la presión de la fanaticada como cuando eso era lo que se decia cuando llegó en el 2005 en aquel entonces a las huestes de los Metropolitanos en Queens.
En el Bronx llega con un resumé de ocho Juegos de Estrellas, tres Guante de Oro, dos Bate de Plata y Novato del Año en 1999 de la Liga Americana. Sí por tanto lo desearon la familia Steinbrenner por alguna razón será y así tendrá que producir ofensivamente.
Para la fanaticada de los Bombarderos, el boricua debe ser una de las respuestas para arribar desde el 2009 al Clásico de Octubre. Tal como el mismo borincano queria logró un acuerdo por tres años pero bien sabe que los seguidores quieren ver sus acciones desde la arrancada. Bien esos consejos se los debe haber dado ya los borincanos Jorge Posada y Bernie Williams.
A nivel personal sí es que sueña con Cooperstown, es la franquicia donde puede llegar a aspiraciones entre otras a las cifras de los 2,400 indiscutibles, 400 jonrones y sobre 1,400 carreras impulsadas que lo colocarían en un interesante grupo de grandes jugadores en la historia de las mayores.
Su momento llegó y ahora es su hora de demostrar quien de verdad es Carlos Beltrán. Eso el tiempo nos lo dirá.
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