Hoy día mucho todavia se habla y se escribe de Miguel Cabrera de su triple corona ofensiva esta pasada temporada. También podemos hablar de grandes del presente como Albert Pujols y otros más como el mejor pelotero de sangre latinoaméricana actual en las Grandes Ligas pero muchos se preguntan quien fué el mejor de todos los tiempos.
No se puede dudar que hay que chacharear sobre Rod Carew y no importando sus errores de juicio sobre Rafael Palmeiro. De la Isla de Borinquén mucho se puede discutir sobre Roberto Alomar e Iván “Pudge” Rodríguez pero a la hora de la verdad uno que pasará como el mejor por sus hazañas en el terreno de juego y sus diligencias fuera de los diamantes lo fué Roberto Clemente.
El conocido en su terruño puertorriqueño como “El Cometa de Carolina” partió en vida hace 40 años el 31 de Diciembre de 1972 por ayudar en una misión de apoyo a los damnificados de un terremoto en Nicaragua. Su avión nunca llegó a su destino a Managua y comenzó su leyenda. Por fín se le admiraba y se miraba hacia atrás como el hombre y pelotero que fué.
Clemente con todo sus atributos, honores y reconocimientos por 18 temporadas no fué realmente que se le reconoció como un grande hasta el 30 de septiembre de 1972 en una tarde fría y nublada en el Estadio Tres Ríos de la Ciudad de Pittsburgh donde conectó su indiscutible número 3,000 en su carrera. Un doble entre el jardín izquierdo y el central que llegó hasta la verja frente al lanzador Jon Matlack de los Mets de Nueva York.
Por cosas de la vida fue su último inatrapable en temporada regular en su carrera. Esa campaña conectó solamente cuatro indiscutibles más en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional frente a los Rojos de Cincinnati.
El resto es historia. Clemente le fué retirado su número 21 por la organización de los Piratas; fué exaltado en 1973 al Salón de la Fama en Cooperstown y el béisbol organizado entrega anualmente un galardón que lleva su nombre aquel pelotero que se exalta dentro y fuera del terreno de juego.
Es muy cierto que muchos debaten que sí se toma la mítica marca de los 3,000 esta fué superada por Carew y Palmeiro pero no se le puede quitar que Clemente fué el primero y cuando logró la gesta de 3,000 hits era solamente el pelotero número 11 en la historia de llegar a tal distintivo. Hoy día 29 peloteros han llegado a tan importante vitola en la gran carpa.
Los números ofensivos de Clemente han sido superados por muchos pero nadie le puede quitar que fué el pionero del respeto que en cierta forma gozan los latinos hoy día en todas las mayores por sus hazañas en el terreno. Más aún se le reconoce como uno de muy pocos que fueron más allá de su deber con el bate y el guante.
Quien será un próximo que lo emulará en un futuro el tiempo nos lo dirá pero su imagen de heroe debe perdurar para la eternidad.