Mucho se ha escrito y hablado de Edgar Martínez en las pasadas semanas pero en realidad no será hasta el 24 de Enero que se conocerá su presagio al Salón de la Fama en Cooperstown. A entender de muchos este es su momento y muy bien caería su exaltación a su propio Puerto Rico que merece en estos tiempos una noticia de alegría y gozo.
El desastre del Huracán María deslustro lo que fue un 2017 insigne en el béisbol boricua. Entre tantas celebres el subcampeonato de los llamados rubios en el Clásico Mundial de Béisbol; la exaltación de Iván Rodríguez en el Salón de la Fama y la gran post-temporada de un campeón Carlos Correa con los Astros de Houston. Que mejor seguidilla si Martínez es residenciado entre los inmortales del béisbol organizado.
Desde su primer turno al bate hacia Cooperstown vuelvo a reiterar los muchos escritos que hemos rubricado por muchos calendarios que Edgar Martínez pertenece al Salón de la Fama. “El Señor Mariner”, como le conocen sus ávidos seguidores de los Marineros de Seattle donde les fue leal por 18 campañas.
En su historial obtuvo dos títulos de bateo, fue siete veces un Todo Estrella, un cinco veces ganador del Bate de Plata y en el 2004 fue galardonado con el Premio Roberto Clemente. En 1995 tuvo una super temporada arribando tercero en la votación para Jugador Más Valioso de la Liga Americana pero bien hay que hablar fue el hombre que le dio una nueva definición de excelencia al rol de bateador designado. En sus días de jugador activo obtuvo en cinco ocasiones el premio del bateador designado del año en su circuito americano.
Fue su destreza en ese trabajo que hoy muchos le consideran el mejor bateador designado de todos los tiempos. Incluso el mismo béisbol organizado le dio su nombre para la perpetuidad a partir del 2005 a tal galardón. Su persona es tan querida en Seattle que si usted va hoy a comprar su boleto por el lado sur del estadio Safeco Field usted está caminando por el ‘Edgar Martínez Drive’.
Un poco más que todos esos honores y reconocimientos, nadie debe olvidar es uno de muy pocos peloteros en la historia en cerrar su carrera con sobre .300 de promedio de bateo, sobre .400 de promedio en ocasiones en base, sobre .500 de promedio de slugging, sobre 300 cuadrangulares y sobre 500 dobles conectados en las Grandes Ligas.
Este resume es definitivo uno grandioso en Seattle pero no debe ser de olvido que sus primeros pasos de leyenda los dio en el uniforme de los Metros-Senadores de San Juan en su propia Isla del Encanto. Martínez, quien lo seguimos desde sus comienzos, también fue leal por 11 temporadas a una camisa la de la franquicia de San Juan donde dejo su nombre entre los más clubes exclusivos de la liga profesional de béisbol de Puerto Rico. Clubes que en unos están los grandes ‘HOF’ Roberto Alomar, Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Tany Pérez e Iván Rodríguez pero vale notar que Edgar es miembro de todos.
Edgar Martínez en la liga borincana tiene la distinción que fue Jugador Más Valioso, campeón bate, líder en categorías ofensivas y todo-estrella en un sin número de ocasiones. Además, fue un todo estrella en aquel conjunto de ensueño en 1995 en Serie del Caribe. Es de buen pensar que si la liga puertorriqueña tuviese un propio salón de la fama seria uno de sus primeros exaltados.
Hoy día, Martínez es un inmortal del Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño.
De esas casualidades el día que escribimos esta columna es su cumpleaños. Paciencia con el tiempo pero mucha fe tenemos que esta columna será de buen karma y regalo de cumple para la elección finalmente de Edgar Martínez al Salón de la Fama. Mejores noticias así lo esperan muchos. Eso el tiempo nos lo dirá.
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