En estos tiempos es difícil conocer alguien que no conozca la historia de Roberto Clemente como dirían en Borinquén para atrás y pa’lante de su carrera liga mayorista. Como lo perdieron los Dodgers de Brooklyn y llegó a la ciudad de Pittsburgh a ganarse el apodo de como es reconocido hoy como simplemente “The Great One “.
Bien sabemos en su resume su trayectoria completa en el uniforme de los Piratas. En sus 18 campañas como Bucanero fue 15 veces Todo Estrella; 12 Guantes de Oro; 4 veces campeón bate de la Liga Nacional; Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1966 y Más Valioso en 1971 en Serie Mundial. Y sin olvidar, es con esa gorra “P” que esta entre los inmortales en Cooperstown en el Salón de la Fama.
Ahora ver, quien conoce sus marcas en su Isla del Encanto donde su leyenda comenzó en ruta a las mayores.
Mucho de su gran historia, en especial en los años de la década de los 70’,
no se las voy a dar para que busquen el libro “Clemente: En la víspera de la gloria” escrito por el buen amigo e historiador Néstor Duprey Salgado. En su libro de 337 paginas con gran cantidad de imágenes detalla la crónica completa del zumo de ese tiempo con los Senadores de San Juan.
no se las voy a dar para que busquen el libro “Clemente: En la víspera de la gloria” escrito por el buen amigo e historiador Néstor Duprey Salgado. En su libro de 337 paginas con gran cantidad de imágenes detalla la crónica completa del zumo de ese tiempo con los Senadores de San Juan.
En su libro el autor, entre varios temas, plantea el ingenio y perspicacia que tenia Clemente y quien sabe si la historia hubiese sido diferente pudiese haber sido candidato a ser el primer dirigente puertorriqueño y hasta de raza negra en las Grandes Ligas.
Para los que no conocen la historia del béisbol puertorriqueño, Clemente cerró su carrera en la liga profesional de Puerto Rico como dirigente-jugador con los Senadores y un año más tarde en el cierre de 1972 semanas antes de su muerte fue el manda más del conjunto nacional de Puerto Rico que participó en el Campeonato Mundial de Béisbol en Nicaragua.
Hoy es hoy, y bien conocemos que el primer dirigente de raza negra lo fue Frank Robinson y puertorriqueño lo fue Edwin Rodríguez en el 2010 con los Marlins de Florida. Por cierto, Robinson era su contrincante en la guerra de la capital en las huestes del Estadio Hiram Bithorn como piloto de la cueva de los Cangrejeros de Santurce.
Mucho se chacharea que después de Rodríguez, quien tiene los dos sub-campeonatos de Puerto Rico en Clásico Mundial de Béisbol, ese próximo de Borinquén en el béisbol mayor puede lo sea Yadier Molina.
Clemente quien sabe si hubiese sido dirigente y hasta sido antes que uno de sus mayores fans Ozzie Guillén el primero latino en ganar una Serie Mundial. En la historia de la liga profesional de Puerto Rico se distinguen los nombres de Earl Weaver, Sparky Anderson y Jack McKeon, quienes una vez dirigieron en su circuito, fueron años más tarde ganadores de sortijas en Clásico de Otoño.
Como mencione anteriormente la crónica de Duprey es una a leer y no debe faltar en su biblioteca de béisbol. Buen continuo conocer de Clemente viene muy, muy bien.
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