Quien sabe lo que hubiese pensado y dicho Roberto Clemente del béisbol hoy día pero muy interesante hubiese sido conocer el suyo sobre el tema de los salarios actuales en las Grandes Ligas. Es la realidad que vivimos en un mundo donde los billetes cantan al son de la fama y hay que reconocer que vivió en una época muy diferente no solo en el negocio de su deporte de la pelota sino también civil en los Estados Unidos.
Para muchos “The Great One” como todavía le llaman en Pittsburgh es de esas figuras que muchos en especial los más jóvenes ven al presente como una figura de esos mitos como Babe Ruth y Jackie Robinson. Estas leyendas vivientes en la historia de las mayores pusieron de si en sus momentos para convertirse en lo que son por sus proezas tanto en el terreno de juego como fuera de los diamantes. Quien sabe hoy día hubiesen sido sus contratos y la friolera de millones.
En estos días, precisamente salió ha relucir una carta del gerente general Joe L. Brown en aquel entonces de los Piratas de Pittsburgh negándole a Clemente una solicitud de un aumento de $20 mil a $23 mil previo a la temporada de 1960. La carta publicada cortesía por Darren Rovell de ESPN exponía en tres simples párrafos porque la organización bucanero entendía por razones de negocio para denegarle su pedido.
Sin número de artículos han sido publicados sobre la misma y por aquello de encontramos que esta no era la primera controversia de salario de la luminaria boricua con la franquicia de la ciudad acerera.
Previo a la campaña de 1956, Clemente le escribió una carta al entonces gerente general Branch Rickey rechazando un contrato que se le había enviado por correo a su residencia en el Barrio San Antón en Carolina que bien rubricaba que su salario no debía ser menor de $10 mil dolares.
El guardabosque puertorriqueño entendía en su carta que era merecedor de un buen aumento por su bateo de novato de .255 de promedio y que había obtenido uno de los mejores promedios en fildeo que hasta segundo fue en asistencias entre jardineros en la Liga Nacional. Más, reclamaba que tenia un buen seguimiento de los ‘fans’ en Forbes Field.
Rickey al recibir la carta inmediatamente le escribió en un tono que se puede deducir enojado refiriendo en la misma a Roberto en todo momento con el apodo Bob, cual mucho se conocía no era aprobado por el propio Clemente, le escribió dandole sus razones en varios párrafos porque le devolvía el contrato original por $7,500 y esperaba que fuese firmado por el jugador.
En tal misiva, cual esta expuesta en el Museo Roberto Clemente en Pittsburgh, Rickey le expresaba a Clemente que lucia estar mal asesorado por sus amistades y que necesitaba demostrar mucho más de lo hecho en el terreno en su año novel.
Rickey nadie olvide fue el que se llevó a Clemente de los Dodgers de Brooklyn y todavía hoy día en ocasiones también se disputa de cuanto le fue pagado en aquel entonces en su via a su nueva base Pirata.
Tanto en la carta de 1956 como de 1959 tienen de cierre párrafos similares que le deseaban que hiciera un trabajo superior al año previo y confiaban que los Piratas esperaban de el lo mejor.
La historia dicta que definitivo todo lo hizo mejor con sus entre otros títulos de bateo, selecciones al Juego de Estrellas, Guantes de Oro, su Jugador Más Valioso de 1966 en la Liga Nacional y Jugador Más Valioso en 1971 de la Serie Mundial.
A todo esto en términos salariales no vio los verdes largos como otros grandes del momento hasta 1970 que obtuvo su primer contrato de $100 mil.
Si Clemente jugase hoy día estoy muy seguro que con tropiezos similares quien sabe si hubiese vestido por 18 temporadas como lo hizo la camisa bucanera. Más tal como expuesto los millones que hubiese obtenido con números ofensivos similares.
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