La edición LVII de la Serie del Caribe es historia. Por los pasados seis días la Isla del Encanto pudo olvidar muchos de sus achaques políticos y económicos en las huestes del Estadio Hiram Bithorn en San Juan gracias al béisbol. En gran medida, parte gracias al resurgir local de los Cangrejeros de Santurce.
El efecto Cangrejero puede que muchos no lo vean pero su verdadero regreso como una franquicia competitiva demostró que ciertas tradiciones del béisbol profesional todavía están vivas en la pelota borincana.
En el diamante, Puerto Rico es cierto que se eliminó primero del certamen caribeño pero hay que apuntar fue un triunfo en esta ocasión numero 13 que Borinquén como sede del evento. Uno, en el terreno de juego con dos equipos que hicieron historia en la final. Cuba obtuvo su primera corona desde 1960 y no se le puede quitar mérito a México que era el primero en los 2000 que andaba buscando un tricampeonato.
La actuación de los representantes de República Dominicana y Venezuela también fue encomiable.
Fuera del terreno, hay que darle merecimiento de triunfo organizativo sin tocar colores políticos al grupo de trabajo asignado a la serie por la Alcaldesa Carmen Yulín Cruz del Municipio de San Juan.
Por otro lado, la parte organizativa en especial la de la prensa de parte de los poseedores de la franquicia dejaron muchísimo que desear, y las criticas las obtuvieron gratis. Sorprendentemente de un grupo con experiencia previa en eventos beisboleros. Mucho en este aspecto a mejorar para la Serie del Caribe del 2019.
Tengo que bien señalar en esta columna que muchos colegas de los cuatro países visitantes utilizaron de referencia vuestras columnas por la falta de información histórica de Puerto Rico en series del caribe por la falta de data local. Vale señalar también hay que darle un gran crédito durante todo el clásico la labor realizada por los grupo de medios de los Caribes de Anzoategui y los Gigantes del Cibao para para el uso de todos los colegas. No podemos dejar fuera el trabajo de Carlos y Ricardo Valero que ambos como usual sacaron la cara por Puerto Rico.
Hoy es hoy, próximo para Puerto Rico hay que ver donde se encamina su béisbol. En el ámbito local no importando el resultado isleño en la serie se vio un primer paso de levante en su torneo. Simplemente, quedó demostrado que el público desea que continúen los Senadores de San Juan y obligatoriamente sea como sea debe regresar a juego la franquicia de los Leones de Ponce.
En el ámbito internacional, los asiduos beisboleros no desean más rodeos y les gustaría conocer sus planes inmediatos para los Juegos Panamericanos en el mes de Julio y el torneo Premier 12 en el mes de Noviembre. Ambos torneos Puerto Rico está clasificado y es obvio que los suyos quieren conjuntos que vayan por pasión de gane. Nadie olvide que después del subcampeonato logrado en el Clásico Mundial de Beisbol del 2013 sus asiduos quedaron con sed de más victorias.
Muchas que según un sin número de comentarios serán fuera de la isla para largo tiempo. Durante la serie mucho se apostilló que en el 2019 el turno boricua se le dará a Cuba o a la ciudad de Miami. También mucho se habló que en el 2017 terminará la racha de presentaciones del Clásico Mundial de Béisbol en San Juan.
En cuanto a las Grandes Ligas, mucho se espera en la venidera temporada de sus luminarias entre otros el puntero del grupo Yadier Molina y a donde irán los muchos prospectos que tanto se comentan deben ser parte de una nueva camada en las mayores.
Nadie esta pidiendo otro equipo de ensueño como aquel de 1995 de los Senadores de San Juan y peloterazos de aquel entonces pero mucho se quiere saber que será el futuro de Puerto Rico en el deporte del béisbol. Claro está eso solo el tiempo nos lo dirá.
NOTA DEL AUTOR: Un extracto de esta columna fue publicada en el diario Metro de Puerto Rico.
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