En muchas ocasiones hay momentos históricos y no tan que se nos han quedado grabados en nuestras mentes a lo largo de nuestras vidas. Hay muchas que al escuchar de ellas la primera frase que nos viene es donde yo estaba.
Hay imagenes que no importa el pasar de los calendarios por esas cosas de la vida no se relegan nunca. En el béisbol de las Grandes Ligas entre otras que no se me pasan de jovenzuelo fueron mis primeros juegos que ví en mi vida de las mayores y momentos como los tres jonrones de Reggie Jackson en 1977 en esa Serie Mundial y el septimo juego de del Clásico de Octubre de 1979 entre los eventuales reyes Piratas de Pittsburgh y los Orioles de Baltimore.
En mi proceder profesional béisbolero un gran número de grandes sucesos he tenido la oportunidad de estar presente entre otros como los reinatos mundiales de 1997 y 2003 de los Marlins de Florida; el partido marca de Cal Ripken Jr. número 2,131 y juegos de Sammy Sosa y Mark McGwire que estaban en competencia en su carrera por el líderato de jonrones en 1998 de la Liga Nacional. Como boricua al fín entre otros no se han borrado aquellos seis partidos del equipo de ensueño de la Serie del Caribe de 1995 y más reciente la gran final entre República Dominicana y Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol.
En el 2001 como residente de la Ciudad del Sol de los pocos buenos recuerdos de aquellos Marlins de Florida fue ver a Mike Lowell remolcar 100 carreras esa campaña; el debut de uno que seria grande para esa franquicia de un joven llamado Josh Beckett y avistar el mando de la banca a uno de los inmortales de la pelota llamado Tany Pérez.
Ese año tuve la dicha de estar presente en Seattle para uno de los mejores Juegos de Estrellas escénificados por el béisbol mayor. Además, fue una campaña de seguir las proezas de Barry Bonds y entre latinoamericanos nombres entre otros Roberto Alomar, Juan González, Manny Ramírez, Sammy Sosa y un novato llamado Albert Pujols.
Uno de esos momentos que tampoco olvido fue el 11 de Septiembre de ese año. Para muchos fanaticos esa día los planes cambiaron drasticamente. Esa noche me tocaba cubrir el partido de los Marlins contra los visitantes Expos de Montreal pero un suceso que cambió al mundo quedó grabado más que una asignación beisbolera.
Ese día Estados Unidos sufrió el peor ataque terrorista de su historia, que ultimó con la destrucción de las llamadas torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y parte del Pentágono en la ciudad capital de Washington. Todos producidos por aviones de pasajeros que fueron secuestrados. Otros murieron en un avión que se estrelló en un campo de Pennsylvania que mucho se ha creido iba también atacar algún edificio público en el Distrito de Columbia.
Seis dias tomó que el béisbol regresará a acción después que por tercera ocasión en la historia las Grandes Ligas tuviesen que cancelar partidos por un evento en especifico. Fue despues un gran final de temporada y más que los Yankees de Nueva York llegaron hasta la Serie Mundial pero cayeron en uno de los septimos juegos más celebres en la historia ante los eventuales monarcas Cascabeles de Arizona.
No importa la campaña que fue los sucesos del 11 de Septiembre dejaron marcados a un planeta entero en especial del mundo occidental. El béisbol hizo su trabajo como una herramienta que hay un disfrute de vida y de deber patriótico pero fue un hecho que no se debe olvidar y esperamos en nuestras vidas jamas se vuelva a repetir.
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